Visiones de futuro

      En más de una ocasión hemos recibido de los científicos el consejo de que tendríamos que vivir con más intensidad lo que ellos llaman el calendario cósmico, el tiempo geológico. Dejar atrás una visión raquítica y situar la vida y los acontecimientos en una escala más apropiada a como se desarrolla y se maneja el Universo, al menos el nuestro. Ello significa que nuestro cerebro, nuestra mente, debería analizar lo que ocurre dentro de un esquema mucho mayor del que utilizamos habitualmente. Hablamos, por ejemplo, de que el calor es cada vez más intenso, pero si, haciendo caso de esa recomendación, contabilizáramos el tiempo en modo geológico, las correlaciones que nos correspondería utilizar deberían ser mucho más lejanas: pues hay que ver, podríamos decir al vecino en el ascensor, cómo desde el principio del Jurásico (hace por cierto unos 200 millones de años o algo menos) el calor no para de aumentar, no sé adónde vamos a llegar por este camino. Y así en todo lo demás. Sabiendo que la vida del Sol es de unos diez mil millones de años-Tierra y que anda por la mitad, nos sería posible elaborar almanaques que nos fueran diciendo cómo pasa el tiempo en esa dimensión. Ya lo dice hasta el refrán o ¿es que eso de que “en cien años todos calvos” no es una indicación descarnadamente geológica?
       Todo esto y mucho más, que se podría añadir, parece una broma y, de alguna manera, lo es, aunque en verdad no del todo. Primero, porque es real, lo atendamos o no. Y, segundo, porque, perdidos tantas veces en la minucia de un segundo, un mes o un año, ¿qué representa esa perspectiva cuando sabemos que apenas pintamos nada montados en un pequeño planeta… en un rincón de una galaxia menor…? Menos mal que esos mismos sabios nos excusan en parte señalando las muchas dificultades que tiene nuestro entendimiento para pensar “exponencialmente”, es decir, montados en un ritmo que aumenta cada vez más.
      Se ha contado en todo el mundo que ha nacido un niño hijo de tres padres, un paso más desde que se inició, felizmente para tantos padres, la reproducción asistida y obviamente este y otros pasos similares ya son irreversibles. Y, aunque nuestra inteligencia no lo pueda manejar, ¡con tantos cambios y modificaciones en miles de millones de años! sería inteligente no utilizar con tanto boato palabras grandes (lo de siempre, lo natural, eterno…) que, vaya usted a saber, el alcance que tienen.

Publicado el día 7 de octubre de 2016

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